
Solíamos revisar cifras cada diciembre con sorpresas desagradables. Ahora trabajamos con proyecciones que abarcan hasta 2027, lo cual nos da mucha más tranquilidad para tomar decisiones importantes.
Descubre cómo organizaciones de toda Baleares han optimizado su planificación financiera y alcanzado estabilidad a largo plazo
Una cadena de hoteles boutique en Palma enfrentaba dificultades con la planificación estacional. Sus presupuestos anuales raramente reflejaban la realidad de temporada alta versus baja, creando tensiones constantes.
Después de implementar un sistema de presupuestación plurianual en febrero de 2024, comenzaron a ver patrones que antes pasaban desapercibidos. Ajustaron inversiones en mantenimiento para periodos específicos y reasignaron personal de manera más eficiente.
Solíamos revisar cifras cada diciembre con sorpresas desagradables. Ahora trabajamos con proyecciones que abarcan hasta 2027, lo cual nos da mucha más tranquilidad para tomar decisiones importantes.
La capacidad de visualizar escenarios múltiples cambió completamente nuestra forma de negociar con proveedores. Podemos anticipar necesidades con dos años de antelación, algo impensable antes de 2024.
Antes cerrábamos el ejercicio en abril con cálculos interminables. Desde que implementamos planificación plurianual a mediados de 2024, el cierre anual es prácticamente automático porque ya conocemos las tendencias.
No existe una fórmula mágica. Cada organización adapta la metodología según su realidad operativa y capacidad de cambio.
La mayoría comienza reconociendo que sus presupuestos anuales no capturan inversiones importantes ni proyectos que requieren más de doce meses. Este reconocimiento suele ocurrir tras revisiones financieras complicadas.
Las empresas típicamente empiezan con previsiones de 18 meses. Es suficiente para capturar patrones estacionales completos sin abrumar al equipo con datos excesivos. La implementación gradual reduce resistencia interna.
Después de dos o tres ciclos trimestrales, los equipos identifican qué cifras importan realmente. Eliminan métricas superfluas y concentran esfuerzos en indicadores que realmente influyen en decisiones estratégicas del día a día.
Una vez cómodos con el proceso, muchas organizaciones extienden planificación hasta 36 meses. Esto permite coordinar inversiones importantes en equipamiento, reformas o expansiones con mayor seguridad financiera.